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es contenible, el sujeto puede apropiarse del objeto y transformarlo, analizarlo e
interpretarlo más allá del mismo.
El objeto es inalterado, pero el sujeto no, como se indicó el sujeto es mutable cada
vez que se apropia del objeto, y el sujeto adquiere conocimiento y por ende su perspectiva
sobre algo cambia. para Sánchez (1959, en Arce, 2020, p.5) “los objetos todos, sin
excepción, inclusive los eidéticos, pueden hallarse en varias formas del pensamiento, por
ejemplo: conceptos, juicios, deniciones” (p. 18), y estos pensamientos provienen de la
inteligencia y praxis del sujeto.
De tal manera, se procuró dar un concepto claro sobre el sujeto y objeto del
conocimiento a través del análisis de varios autores, que de una u otra forma han
interpretado estos dos conceptos. Hay algo que queda muy claro, la fusión del sujeto con
el objeto crea el conocimiento.
El conocimiento es el tema de discusión actual, puede ser adquirido mediante la
lectura de la realidad, “este textualismo les ha hecho transitar desde la concepción del
conocimiento como visión a la idea de que todo conocimiento, incluido el perceptivo, ha
de ser entendido desde el paradigma de la lectura” (Moya, 2006, p. 107), ya que considera
que, todo lo que se puede ver es en sí la interpretación y comprensión del objeto.
El conocimiento se expresa por medio de la realidad del sujeto y la interpretación
del objeto, es así que la realidad puede ser diferente a lo textualmente escrito, “la
epistemología tradicionalmente ha estado dominada por metáforas visuales, en el giro
hermenéutico de la gnoseología se generalizan las metáforas textuales” (Moya, 2006, p.
107).
Para contraponer este pensamiento, Carabea (2019) nos dice que:
…no todos los conocimientos impactan de la misma manera en el mundo, ni resuelven o
explican, o expresan de manera unívoca y universal todas las cuestiones de ese mundo, lo
que signica que los conocimientos son siempre situados, parciales y construidos (p.5).